Nairo Quintana (Movistar Team) resolvió a la perfección la segunda etapa de La Vuelta 19 para anotarse un extraordinario triunfo en solitario. La subida al Alto de Puig Llorença destrozó el pelotón y dejó una situación de carrera que propició que el colombiano se escapara junto a otros cinco contendientes para la general a los cuales burló en los kilómetros finales. Uno de ellos, Nicholas Roche (Team Sunweb), recoge el maillot rojo de las espaldas de Miguel Ángel López (Astana Pro Team), quien quedó relegado a un grupo perseguidor que llegó con 37” de retraso a la meta de Calpe. Es la segunda vez que el irlandés se coloca líder de La Vuelta: ya lo fue por un día en 2013.
Apenas la carretera picó hacia arriba, los favoritos tomaron la alternativa. Fue Pierre Latour (Ag2r La Mondiale) el primero en acelerar. Su movimiento encontró eco en Alejandro Valverde (Movistar Team), que tomó las riendas del gran grupo para reducirlo hasta apenas 20 corredores al paso por la cima. Entre los damnificados de estas escaramuzas hubo favoritos como Jakob Fuglsang (Astana Pro Team) o Steven Kruijswijk (Jumbo-Visma), que acabarían cediendo 1’43” en meta. A 20 kilómetros de meta, Nicholas Roche (Team Sunweb) aceleró llevándose consigo a Nairo Quintana (Movistar Team), Rigoberto Urán (EF Education First), Mikel Nieve (Mitchelton-Scott), Primoz Roglic (Jumbo-Visma), Fabio Aru (UAE Team Emirates). El sexteto se entendió para abrir hueco respecto a un grupo perseguidor donde el maillot rojo Miguel Ángel López (Astana Pro Team) y su coequipier Ion Izagirre no encontraron colaboración para reducir las diferencias. Fue a 3 kilómetros de meta que Quintana atacó para marcharse en solitario, dejando atrás a sus compañeros de aventura.
Declaraciones de Nairo:
Un día diferente y bonito. Nunca había ganado así, pero siempre hay una primera vez. Un día especial y uno que necesitaba mucho. También lo buscaba el equipo desde hace tiempo, y hoy hemos venido todo el día trabajando en buena armonía, con Alejandro y con todo el grupo, y nos llegó el premio que buscábamos.
No esperábamos que el corte en el Puig Llorença fuese a ser tan reducido; creíamos que iba a ser una etapa al sprint, con un pelotón más pequeño pero entre hombres rápidos. Alejandro y yo nos fuimos filtrando en cortes, repartiéndonos el trabajo, y una vez que nos fuimos en ese grupo de seis fui pasando a relevo para ir manteniendo el ritmo alto. Cuando encontré un momento ataqué, a ver qué pasaba. Y nunca miré hacia atrás; si llegaba, bien, y si no, al menos lo habría intentado.
Solo llevamos dos días; queda mucho por delante, hay que ir con tranquilidad. De momento nos llevamos esta gran alegría, que te llena de moral y tranquilidad, sobre todo al equipo, porque esto siempre te motiva a hacer un buen trabajo».