La medida ha sido increíblemente efectiva en otros lugares a la hora de disminuir accidentes y promover el ciclismo.
Choferes de Londres, pongan atención: empezando en la próxima primavera, ciclistas como los que comúnmente asoman por sobre los espejos laterales de sus autos podrían terminar siendo policías. Esto se debe a que, en una apuesta por reforzar la prudencia en conductores rodeados de bicicletas, la Policía Metropolitana de Londres ha optado por el perfil bajo, encubriendo efectivos que, vestidos de civil, pedalean por las calles para supervisar y amonestar, según el caso, indebidos comportamientos en los choferes.
El propósito fundamental consiste en combatir el así llamado ‘paso cercano’, es decir, los autos que adelantan bicicletas sin que medie más de 1.5 metros entre ambos (menos de 5 pies). Los oficiales podrán efectuar detenciones si así lo creen pertinente, pero su interés principal radica en informar antes que en castigar. Los automovilistas que sean sorprendidos comprometiendo la seguridad de los ciclistas tendrán que escoger entre ir a la fiscalía o acudir a una sesión de entrenamiento por 15 minutos sobre seguridad vial.
La operación no cubrirá un área muy extensa, ni en todo momento, de las carreteras de Londres. El solo hecho de introducir la idea de que ciclistas, aparentemente ordinarios, podrían guardar una chapa de policía en sus bolsillos, puede causar un efecto muchísimo mayor que el castigo mismo.
Pero es no se trata solo de una idea bonita. La estrategia ha sido igualmente ensayada en otros lugares y con no poco éxito. El otoño pasado, por ejemplo, la policía de la región de Midlands Occidentales (donde se encuentra Birmingham, la segunda ciudad de Inglaterra) envió a un par de oficiales encubiertos a patrullar en bicicleta y vigilar choferes. En tan solo nueve horas, esta pareja había detenido ya a 130 conductores, reportado a ocho por serios delitos de seguridad y revocado una licencia en el acto. Entre los demás choferes, solo uno escogió ir a fiscalía antes que a una clase preventiva.
Que la gente sepa que la policía estaba patrullando parece haber tenido tanto efecto como, de hecho, el contacto mismo entre oficiales y choferes. Desde que el plan comenzó, los choques entre autos y ciclistas en el área patrullada se han reducido a la mitad. Esta importante caída en el índice ha sido alcanzada casi sin costo alguno, solo unas pocas horas de trabajo y una especie de tapete enrollable (foto de arriba) mostrando la distancia prudente de adelantamiento.
Inicialmente, la policía de Londres se mantuvo escéptica acerca de introducir la operación en las calles considerablemente más congestionadas, pero sus reservas han sido más o menos disipadas por el éxito de una prueba piloto en el distrito londinense de Camden. La ciudad tiene ya la mayor unidad dedicada al ciclismo en Gran Bretaña, la cual está compuesta de 33 empleados a tiempo completo. Si solo dos oficiales patrullando a tiempo parcial en los Midlands Occidentales pudieron lograr una disminución, en un 50%, de los accidentes, entonces el impacto potencial de las fuerzas policiales de Londres podría ser mayor. Es posible incluso que la estrategia llegue a tener alcance nacional, pues 16 cuerpos policiales sopesan en este minuto su introducción.
Para algunos, este sería el típico caso en que la policía prefiere solucionar menudencias –aunque tenga que sudar para conseguirlo- al trabajo de combatir crímenes verdaderamente serios. Pero no lo es. El año pasado, 123 ciclistas británicos murieron en carreteras, 89 de los cuales por choques con vehículos motorizados. En cinco de esos incidentes el chofer se dio a la fuga y no fue capturado, sin contactar siquiera los servicios de emergencia o de la policía. Estos accidentes no solo acaban con vidas inocentes, sino que crean un clima de comprensible miedo, el cual disuade a más personas del uso de la bicicleta, lo que, por otra parte, no ayuda a que haya menos congestión o contaminación.
Puede decirse que un gran número de estas muertes sin sentido pudieran haber sido evitadas por medio de la existencia de choferes más atentos. Según uno de los oficiales en bicicleta por Midlands Occidentales, la mayoría de los ciclistas que resultaron muertos o gravemente heridos en el área fueron impactados porque los choferes no los vieron girando en una intersección. A mayor vigilancia, respeto, y distancia entre autos y ciclistas, mayores probabilidades de salvar vidas. De hecho, en la región de Midlands Occidentales es muy probable que haya sucedido así.
Este artículo fue publicado originalmente en inglés en:http://www.citylab.com/commute/2017/01/london-bike-police-officers-car-cycling-safety/514688/