Esta semana vi una noticia que creo ha pasado algo desapercibida. Hablo en efecto del positivo de Francisco Torrella, campeón de España máster 30. Al parecer el amigo Torrella, de amplio historial ciclista, ha sido cazado con la célebre EPO en el cuerpo, esa sustancia que ha marcado un antes y un después en la historia negra de este deporte llamado ciclismo.
Así es, positivo por EPO en categorías no competitivas o al menos en uno de esos escalones donde y no está el pan de los tuyos en juego, donde no hay nada más que diversión y ratos libres complementados con los quehaceres de una persona normal.
Si señores, carreras de corte amateur en las que se juega el orgullo de la cena de los sábados o la de Navidad con los cuñados. Aquí la trampa campa a sus anchas, lo hemos dicho otras veces, hemos puesto otros ejemplos, hemos hablado de otras cuestiones. Y este positivo es la guinda a una cultura de la trampa que creo que queda y se transmite en horizontal y vertical.
¿Cómo se explica este positivo?. Yo creo que desde la total carencia de escrúpulos, una situación que por desgracia en nuestra sociedad no nos es ajena. Está extendida. El éxito como tal, la imagen que transmite, el poder contarlo,… todo ello contribuye. Empuja a que muchos coqueteen con historias que una amplia mayoría dan por amortizadas. Un ciclista popular, un runner popular cualquiera, del montón, no puede imaginar que al lado suyo hay este tipo de personas. Bueno para ser exactos, en un principio no se lo podía imaginar, ahora hemos matado cualquier atisbo de sorpresa.
Estas personas pululan, reptan y se esconden en la confianza que les dan sustancias que en un mundo civilizado se usan en hospitales. No hace mucho hablamos de una encuesta a los participantes de la Quebrantahuesos Y allí se dedujo el tipo de material que corría. Muchos aceptaron lo que unos cuantos nos temíamos, que el río no bajaba lo limpio que esperábamos.
Ahora este positivo oficializa esa sospecha, ya no son encuestas, ya no son comentarios en privado, ni insinuaciones de que en estos niveles las cosas andan tan podridas que un día nos llevaremos un susto mayúsculo. Es un positivo notificado por la Unión Ciclista Internacional. Qué cabe pensar pues.
Como mero aficionado al deporte sin mayor pretensión que sudar un rato y mejorar en la medida se pueda, me preguntó de dónde viene este tipo de personajes, de qué fuentes han bebido, qué valores les han movido, qué piensan cuando se miran al espejo, en definitiva por qué narices se empeñan en decepcionar a quienes queremos que esto puede ser muy diferente.
Yo les veo como herederos y transmisores de la trampa, del mamoneo y del engaño. ¿Qué valor tienen las vitrinas de su salita de estar cargadas de trofeos? ¿qué pensarán al mirarlas?. A mí me daría vergüenza tener eso en mi casa logrado así. Y no una vergüenza pública, como la que ahora pasan cuando ven su nombre en titulares, hablo de una vergüenza íntima, la que te sobreviene cuando estás en la cama conciliando el sueño y preguntándote si son necesarias estas alforjas para tal viaje.
¿Cómo justificarán estas personas el dopaje del deporte profesional cuando ellos lo ejercen fuera de él? Os lo juro, me encantaría oír su respuesta delante de todos que salieron perjudicados por su engaño. Gracias por contribuir a la prostitución del deporte popular.
Imagen tomada de https://consultecgsport.wordpress.com
Fuente:© joanseguidor.com
Excelentes entradas, buen contenido puro ciclismo
Gracias por tu interés William H, te esperamos más seguido por aquí.